‘Juego de Tronos’: Las claves de ‘Invernalia’ T08E01


El día que parecía que no iba a llegar nunca llegó, y el final está cada vez más cerca. Desde la madrugada del lunes, el primer episodio de la octava temporada de ‘Juego de Tronos’ está disponible y algunos solo podemos pensar ya en el siguiente. Pero antes de que lleguen los preliminares de la madre de todas las batallas, y por seguir con una vieja y sana costumbre, analicemos las claves del capítulo que lleva por título ‘Invernalia’. (La noche está llena de terrores, y lo que sigue, lleno de spoilers. Tu sabrás)

Estrenando maqueta

Que uno no se puede perder ni la apertura de cada capítulo de ‘Juego de Tronos’ es por todos sabido, después de siete temporadas. Y no hace falta ser demasiado experto para darse cuenta de que las criptas de Invernalia, tal y como anunciaba el tráiler, van a tener una relevancia especial. Pero quizá, esta última entrega, va a haber que estar más atentos de lo habitual, ya que la “intro” nos puede ayudar a saber dónde se encuentran el Rey de la Noche y los Caminantes Blancos en su incursión por Poniente.

En el primer episodio, tras encontrarnos con el Muro roto aparece un lugar desconocido hasta ahora, Last Heart, Último Hogar en la versión en español. Es el castillo más septentrional de Poniente, sin contar los de la Guardia de la Noche, y pertenece a una familia que no conocemos al comienzo del episodio, pero sí al final, los Umber. Su joven representante aparece primero en Invernalia, nervioso ante la categoría de sus interlocutores, que le envían de vuelta a su hogar para pedir refuerzos. Poco antes del final del episodio, cuando Tormund, Dondarrion y Eddison buscan Caminantes, vuelve a aparecer. Esta vez, clavado en la pared y rodeado de brazos y piernas amputadas, colocadas en forma de espiral.

Hablando de espirales…

Aunque los materiales elegidos por el Rey de la Noche para su composición artística no son nuevos, sí lo es el lugar elegido, una pared, y el efecto que, involuntariamente, consigue darle Dondarrion con su espada flamígera. Cuando el fuego se extiende, el espectador puede ver con claridad un símbolo que nos resulta familiar. En la tercera entrega, y sobre la nieve, vimos la misma espiral hecha con caballos muertos. En la sexta, cuando la producción nos descubrió el papel de los Niños del Bosque en la creación del Rey de la Noche, vimos una formación similar rodeando un árbol. Y en la temporada siguiente, Daenerys y Jon pudieron ver las espirales dibujadas en las cuevas de Rocadragón.

En todo este tiempo nada se ha sabido sobre el aprecio que siente el líder de los Caminantes Blancos por este tipo de representaciones, más allá de que los creadores han sugerido que serían una forma de demostrar que son algo más que meros zombies y pueden albergar algún tipo de inteligencia. Vale, ¿pero qué van a hacer con ella?

“Yo también soy su familia”

Cuando pudimos enjuagarnos las lágrimas tras el reencuentro entre Arya y Jon, nos encontramos con ambos recordando esa primera temporada que tantas veces regresó anoche, gracias a Aguja. Pero cuando se pusieron serios y Sansa se convirtió en motivo desacuerdo, ambos insistieron en señalar la importancia de la unidad. “Estoy defendiendo a la familia, como hace ella” dice Arya para sorpresa de su hermano, que le recuerda que también forma parte de ella. En ese momento ambos se abrazan y sobre su mullido hombro la pequeña de los Stark insiste. “No lo olvides”.

Cuarenta minutos después el bastardo descubre que ha dejado de serlo, y su principal preocupación es decírselo a la señora a la que le va a quitar el puesto, con la que se acuesta y que, por cierto, es su tía. No le quito ni un ápice de importancia a ese incómodo momento, pero después de un primer episodio en el que se han hartado de hablar de familia, de la importancia de Jon para Invernalia y de lo difícil que es ganarse la lealtad de los norteños… ¿Cómo se van a tomar sus (no) hermanas la noticia? ¿Y Varys, Ser Davos y Tyrion, el trío cotilla del visillo? ¿Y el resto de Poniente?

¿Dónde están mis elefantes?

Eran muchos los que esperaban que, con la contratación de la Compañía Dorada por parte de Cersei, las batallas de ‘Juego de Tronos’ contasen con un nuevo atractivo, los elefantes guerreros. Sin embargo, según se disculpó el comandante Strickland, los paquidermos no viajan en barco, y por lo tanto su participación en Poniente quedaba descartada. Entre líneas se pudo leer perfectamente que bastante tienen en el departamento de efectos especiales de la serie con los dragones, como para andar preocupándose por bichos que, llegado el momento, no aportarán nada y no son más atractivos que las criaturas de Daenerys.

El encargo

Ahora que nos vamos a quitar de encima el romance entre Jon y Daenerys, me da bastante pereza pensar que Arya y Gendry podrían ser los nuevos tortolitos de ‘Juego de Tronos’, aunque la sonrisa final de ella en la escena que comparten es reveladora. Pero mucho más importante es la petición que la Stark hace al herrero, cuando le entrega un papel con el dibujo del arma que quiere que forje para ella. Arya ya tiene la vieja espada de Bran, hecha con acero Valyrio y por lo tanto capacitada para matar Caminantes Blancos. Pero ¿para qué necesita una de vidriagon? ¿Es el elemento algo irrelevante, y por tanto solo quiere otro arma con la que luchar, con los medios de los que dispone? ¿O forma parte del disfraz que vestirá su próxima cara?

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Eddie, el pelirrojo sin párpados

Los más atentos han descubierto que en la escena de Bronn, además de retomar prácticas exhibicionistas de antaño, la serie ha hecho un guiño a los más fanáticos. Y a Ed Sheeran. En la breve escena, que gana interés cuando aparece Qyburn, las jóvenes prostitutas con las que el mercenario quiere pasar un buen rato no dejan de hablar. Mientras se desnudan, las tres hablan del triste destino de “Eddie, el pelirrojo” que volvió de una batalla con dragones con “la cara quemada. Ahora no tiene párpados” comenta una de ellas apenada.

A pesar de que durante su aparición en pantalla el cantante nunca reveló su nombre, parece ser que los guionistas no se rompieron demasiado la cabeza y llamaron a su personaje Ed. Y los cotilleos de las prostitutas se referirían a él, porque el solista inglés es pelirrojo… Y porque no conocemos muchos más personajes (vivos) que se llamen Ed.

Vuelta al inicio

“Lo que hago por amor”. Con esas palabras se cerraba el primer episodio de la primera entrega de la serie, después de que Jaime empujase a Bran tras descubrirle con Cersei. Sesenta y seis capítulos después, Jaime y Bran volvieron a verse las caras, en el reencuentro más inesperado de un capítulo lleno de ellos. Un momento breve, apretado por los créditos, pero suficiente como para descubrir un revelador gesto en la cara del Lannister.

Ambos personajes han pasado por muchas cosas desde aquel cruento acto de “amor”, y ni el amante de la reina es tan despreciable como entonces, ni el joven Stark es el hombre que se supondría que es. Porque no lo es, es el Cuervo de Tres Ojos, sea lo que sea eso. Así que me muero de ganas por ver como salen de una reunión en la que Bran ha invertido muchas horas (y esto dice mucho de su capacidad para ver el futuro) porque ya estaba esperándole en el patio la noche anterior. ¿Seguirá con su espíritu de “no estamos para menudencias” que le sirvió para zanjar el encuentro entre Sansa y Daenerys? ¿O se cobrará su venganza, aunque sea después de todas las batallas?

Vuelve ‘Juego de Tronos’, empieza el (último) Mundial seriéfilo


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A las 3 de la madrugada hora española comienza el (probablemente último) Mundial del seriéfilo. Sí, esto es como un Mundial, porque nos guste o no, durante las seis próximas semanas no se va a hablar de otra cosa, se analizarán las escenas hasta la extenuación, aunque no tengamos VAR, y los tráilers serán sometidos a minuciosos análisis, como si de una alineación se tratase. (Espero que sepan disculpar el crossover futbolístico, pero a estas alturas todas las metáforas sesudas están todas cogidas).

Conozco a gente que ve series que no ve ‘Juego de Tronos’, pero no conozco a fanáticos de las series que no estén esperando la próxima madrugada como si fuese el comienzo de un evento único en sus vidas. Perdónenme la trascendencia, pero creo en la misma, creo que esa serie que durante seis temporadas nos ofreció un detallado recorrido por las tierras de Poniente y Essos, y en la séptima se aceleró, será esa producción que, para bien o para mal, recordaremos siempre.

Renovada por una segunda temporada antes de su estreno, ‘Juego de Tronos’ llegó a nuestras vidas cuando Zapatero y Obama todavía eran presidentes, Mourinho entrenaba al Real Madrid y la guerra de Siria acababa de empezar. En televisión ese año se estrenaron en España series y programas que continúan en emisión, como ‘¡Ahora caigo!’, ‘Tu cara me suena’ o la mítica serie diaria ‘El secreto de Puente Viejo’. También tuvimos nuestros bochornos, como la versión nacional de ‘Cheers’, pero para contrarrestar ‘Los misterios de Laura’ regresaron a la programación tras 15 meses de ausencia.

El 18 de abril de 2011, el día después del estreno, el especialista de The Telegraph comentaba que al contrario de lo que decía Benioff, que hablaba de la serie como “Los Soprano‘ en la Tierra Media”, él le encontraba cierto parecido con ‘True Blood’. Por la sangre y el sexo, no por mucho más… En AV Club animaban a los espectadores a perseverar en el intento, porque el piloto era el peor de los seis primeros episodios que habían podido ver, y valoraban el amor y el cuidado que sus creadores habían puesto en la producción. “Los valores de producción son asombrosos en todos los ámbitos, desde su deslumbrante cinematografía hasta los magníficos escenarios y una secuencia de títulos que parece estar construida a partir de un libro emergente. Esta podría ser la mejor serie de televisión que he visto en mi vida, y ni siquiera la he visto en HD” confesaba el crítico Todd VanDerWeff.

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Casi 8 años después, la serie convertida en fenómeno regresa para marcharse definitivamente. Y lo hace después de ofrecernos una nueva perspectiva sobre la trayectoria vital de los protagonistas de una historia, los personajes femeninos o el visionado doblado (Hodor). Hemos aprendido técnicas de uso y manejo de dragones, de personalidades y de teletransportación. Hemos encontrado a nuestro guía espiritual, Tyrion, y nuestra máxima aspiración vital es que surja la ocasión de solicitar un juicio por combate. También hemos conocido algunos de los seres más repugnantes de la ficción audiovisual, y a mujeres de bandera como la joven Lyanna Mormont o la astuta Olenna Tyrell.

Hasta el 19 de mayo, los seriéfilos viviremos las próximas semanas nuestra propia muerte de Chanquete, nuestro propio desenlace de ‘Cristal’, con la esperanza de que no termine siendo también nuestro propio cierre de ‘Los Serrano’. Aunque somos muchos los que vivimos el final de ‘Perdidos’ de madrugada, y aquí estamos. Que los dioses antiguos y nuevos nos sean propicios.

Cuatro maratones para una Semana Santa sin planes


Si eres de los que no quieres, o no puedes, llegar más allá del chino de la esquina la semana que viene, y todavía no tienes programada tu agenda de visionados porque eres de los que deja todo para el final, deja de sufrir. La vocación pública de este humilde blog me lleva a apostar hoy por cuatro recomendaciones con solera, y calidad, que te mantendrán pegado al sofá mientras el resto del mundo se pelea por un hueco en la playa o en la procesión. Y para que el atracón parezca más provechoso, las producciones tendrán continuación próximamente, por lo que si te enamoras de tu elección, podrás seguir con el idilio en los próximos meses.

– ‘Deadwood‘. 3 temporadas, 36 episodios. HBO.

El próximo 1 de junio el western más conocido y añorado de la pequeña pantalla regresará a la prestigiosa plataforma de streaming en forma de película. Se cumplirá así el deseo de miles de espectadores que en 2006 se quedaron compuestos y sin novia tras la cancelación de la serie. Un cierre que le ha llevado a estar, desde entonces, en la lista de producciones que se fueron demasiado pronto.

Protagonizada por Ian McShane y Timothy Olyphant, ‘Deadwood’ se ambienta en la América de la fiebre del oro, en la localidad que le da nombre. Hasta allí llega el ex-marshall Seth Bullock y su amigo Sol Star, con la intención de comenzar una nueva vida. Sin embargo, la amenaza india, el mafioso engranaje de la localidad y el afán de servicio de Bullock, le llevan a vivir peligrosas situaciones que creía haber dejado atrás. A su alrededor, un elenco de personajes cargados de su propia épica, dueños de un destino sobre el que siempre parece merodear la muerte.

– ‘The Missing‘. 2 temporadas, 16 episodios. Movistar +

La desaparición de menores es ya un género en sí mismo, y una de las producciones que ha contribuido a ello es esta serie de la BBC estrenada en 2014 y compuesta por dos temporadas independientes. Este año ha regresado con ‘Baptiste’, una especie de spin-off protagonizado por el detective al cargo de los casos de ambas temporadas, Tchéky Karyo, que el próximo 1 de mayo podremos ver en Movistar +. Desgraciadamente, la plataforma solo dispone de la segunda entrega de la serie original, aunque tal vez es la mejor de las dos.

Estrenada en 2016, la serie se ambienta dos años antes en una base militar británica situada en Alemania. Allí aparece Alice, una joven que desapareció en 2003 y que dice haber estado cautiva junto a una chica llamada Sophie Giroux. El detective francés Julien Baptiste, especialista en el caso de la desaparición de Giroux viajará hasta la zona para hacerse cargo de la investigación y desvelar los truculentos secretos que rodearon ambas desapariciones.

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– ‘Sneaky Pete‘. 2 temporadas, 20 episodios. Amazon Prime

Con David Shore (‘House’, ‘The Good Doctor‘) y Bryan Cranston (‘Breaking Bad‘) a cargo de la producción, este drama criminal sureño regresará con su tercera entrega el 10 de mayo. Hasta entonces podemos disfrutar de esta producción que tiene a Giovanni Ribisi como protagonista, y a la gran Margo Martindale como matriarca del clan al que pertenece. Dos temporadas cargadas de secretos, amenazas y algún momento familiar «entrañable», ideales para aquellos que disfrutaron de ‘Justified‘, ‘Longmire’ o ‘Banshee’.

Ribisi es Marius Josipovic, un joven que acaba de salir de la cárcel y debe rehacer su vida. Su deuda con Vince Lonigan (Cranston) le obliga a buscar una vía de escape, y decide hacerse pasar por su excompañero de celda, Pete Murphy. El «escurridizo» Pete al que se refiere el título, que regresará al hogar familiar, tan idílico como le habían contado en prisión. O al menos eso parece, hasta que los secretos se desbordan y los problemas comienzan a aparecer.

– ‘Los 100‘. 5 temporadas, 84 episodios. Netflix

El próximo 14 de mayo llegará a Syfy España la sexta entrega de esta exitosa producción futurista protagonizada por un elenco joven y guapo que siempre está dispuesto a luchar contra cualquier enemigo. Creada por Jason Rothenberg, la mayor desgracia de esta producción dramática de acción es haber llegado a la pequeña pantalla en un momento de empacho apocalíptico como para despertar la atención que merecía.

Después de que la Tierra sea inhabitable por culpa de una guerra nuclear, cuatrocientas personas llevan casi un siglo viviendo en el espacio, gracias a una docena de naves. El paso de los años ha incrementado su población, y los suministros comienzan a escasear. Las autoridades deciden entonces enviar a un centenar de jóvenes delincuentes de vuelta a la Tierra, con la intención de garantizar la supervivencia de la especie. Cuando llegan, las condiciones de vida parecen óptimas, pero deberán enfrentarse a numerosas y desconocidas amenazas que pondrán a prueba su compromiso.

No solo Londres: cuatro viajes seriéfilos para una escapada


No soy muy amiga de la «City», pero afortunadamente las series de televisión me han animado a descubrir que hay esperanza en las islas británicas más allá del desagradable carácter londinense o la frialdad de sus calles. Mi afición a los viajes relacionados con la ficción serializada es conocida, y en los últimos años he tenido la oportunidad de viajar a lugares menos cosmopolitas que Nueva York, pero repletos de naturaleza, gente acogedora y paisajes espectaculares.

A pesar de que soy consciente de la «frikeza» que supone, siempre que hablo de mi querida (y tres veces visitada) Escocia reconozco que la culpa de mi descubrimiento la tiene la tierna ‘Outlander‘. Los espectaculares escenarios de la serie de Starz que en España podemos ver en Movistar + y en Netflix me animaron a conocer el norte de Gran Bretaña. Desde Edimburgo viajé a Aberdour, Stirling, Linlithgow y Newtonmore a través de su red ferroviaria, y además de ver las localizaciones de la serie que se había ganado mi corazón, descubrí un país cargado de historia, castillos y estampas de postal.

Cuando descubrí que la isla no hacía el carácter me lancé a la aventura y «Small Heath» se convirtió en mi próximo destino. El lugar en el que se desarrolla ‘Peaky Blinders’ ha hecho de un museo al aire libre, el Black Country Living Museum, un escenario televisivo. A media hora en tren desde Birmingham, esta entidad recrea la vida en la zona durante la Revolución Industrial. Una visita en la que el turista puede experimentar en sus carnes cómo era la vida en la mina, la lucha obrera feminista o cómo funciona el sistema de canales tan popular en la región. Pero también sentirse un Shelby gracias a lugares como sus puentes, el muelle o la fragua, que tantas veces vemos a pleno funcionamiento en la pequeña pantalla.

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El pasado mes de noviembre tuve el honor de ser invitada por Turismo de Irlanda a descubrir la vertiente vikinga del país, que además de ser televisiva, también es histórica. A una hora en coche de Dublín se encuentra el Lago Tay, en el que se ha localizado durante cinco temporadas el puerto de Kategatt. La localidad desde la que Ragnar y sus acólitos parten a la conquista de nuevas tierras. Sus casas y calles forman parte de los escenarios de los estudios Ashford, que lamentablemente no son accesibles para el público. Pero siempre nos quedará la cascada de Powerscourt, un paisaje natural espectacular que además de acoger a los ‘Vikingos‘, ha aparecido en largometrajes como ‘Braveheart’ o ‘Excálibur’ y series como ‘Into the Badlands’.

El póker de destinos lo cierra el escenario seriéfilo de moda: Irlanda del Norte. Este pequeño país podría promocionarse en realidad como la fábrica de ‘Juego de Tronos’ ya que sus habitantes trabajan en multitud de departamentos de la producción, y sus espectaculares paisajes han sido primero decorados de los Siete Reinos, y después lugar de peregrinaje de miles de espectadores de todo el mundo. Invernalia o las islas del Hierro son en realidad Newcastle, Ballycastle o Ballintoy, localidades que han visto trastocada su tranquila existencia por culpa de la serie de HBO. Si además te decides por Game Of Thrones Tours para ser tus guías la experiencia será completa, ya que todos sus guías han trabajado como extras en la serie.

Cómo hemos cambiado


La última vez que dejé unas palabras por aquí ‘El Ministerio del Tiempo‘ estaba a punto de estrenar su segunda temporada. Allá por 2016, la creación de los Olivares era la gran esperanza blanca de aquellos que soñábamos con una ficción nacional distinta. Esos que no nos conformábamos con un ‘Crematorio’ cada diez años y creíamos posibles unas series de televisión que no estuviesen compuestas por capítulos interminables y argumentos para señoras mayores. Creaciones que nos enganchasen de verdad, que se convirtieran en esa serie que quieres comentar en la máquina de café, que fuesen la envidia del mundo entero.

Tres años después, como tantas otras cosas, la industria audiovisual española ha cambiado. Y mucho. Las plataformas de streaming fueron llegando, aunque los peores augurios preconizaban un futuro negro para un país que estaba entre los más piratas del mundo. Muy a su pesar la ficción serializada fue ganando presencia entre las aficiones de miles de espectadores, y ver series dejó de ser una extravagancia propia de «raritos». HBO, esas tres letras que para algunos era (y es) el Olimpo de los Dioses de la Ficción Televisiva, se puso al alcance de un clic y los más sibaritas ya pueden pasar el resto de sus días a base de excelencia televisiva.

2018 fue un año esencial para esa trasformación, gracias al éxito de ‘La Casa de Papel‘ en Netflix a nivel mundial, y de ‘Fariña‘ en Antena 3. Movistar + apostó con fuerza por la ficción propia, y estrenó producciones de todo tipo que cuando no destacaban por su calidad lo hacían por su diversidad. Y por si esto fuera poco, el rey del streaming mundial, ese en el que triunfaron los ladrones de la máscara de Dalí, ha decidido poner una pica en Tres Cantos y establecer en España su cuartel general europeo.

En el panorama televisivo español no queda un canal o plataforma que tenga una serie, miniserie o webserie propia que ofrecer a sus espectadores. Y en Estados Unidos se están mascando fusiones y cambios que auguran una nueva década en la que la oferta de streaming adquiera dimensiones inasumibles para cualquier ser humano. Quiero decir aún más inasumibles que hoy en día, cuando tenemos al alcance de nuestra mano la misma cantidad de plataformas de streaming que de bancos o de empresas de telefonía. Una oferta que se ha desarrollado, esencialmente, en los últimos tres años. Mientras tanto las cadenas tradicionales han encontrado formas de adaptarse a los nuevos tiempos, disminuyendo la duración de los episodios o realizando alianzas impensables hace años. Pero las audiencias son las que son, y tal vez ya sea tarde para los propósitos de enmienda.

Queda por ver qué llegará antes, si el estallido de la burbuja del streaming o la renuncia de las cadenas tradicionales a la ficción serializada. Hasta entonces seguiremos disfrutando de una ficción en la que las referencias y los escenarios nos resulten familiares, los guionistas y creadores se empeñen en descubrirnos las historias que se esconden en nuestro pasado y los protagonistas hablen nuestro(s) idioma(s). Y dentro de tres años, ya veremos dónde estamos…

Las novedades que ha traído el TCA de invierno


A falta de que la PBS cuente sus novedades entre hoy y mañana, podemos dar por concluído lo más interesante del tour de prensa invernal de la Asociación de Críticos de Televisión. En él participan las cadenas de televisión y las empresas de streaming con producciones propias, que utilizan este escaparate para hacer balance, vender sus productos, poner fecha a los próximos estrenos y crear expectación entorno a futuros proyectos.

Una de las últimas en hacerlo ha sido Netflix, que con Ted Sarandos a la cabeza ha ofrecido apuntes muy interesantes sobre la compañía. Como era de esperar, Sarandos ha desmentido los comentarios que el pasado jefe de investigación y desarrollo de medios de la NBC, Alan Wurtzel, hizo sobre las audiencias de Netflix, señalando que son «notablemente inexactos.» El jefe de contenido de la compañía comentó además que los usuarios podrán disfrutar de 600 horas de nuevo contenido en este 2016, en el que tienen previsto gastarse unos seis mil millones de euros en expandir su programación. Sarandos desveló además que Netflix tiene setenta millones de suscriptores en todo el mundo, de los cuales aproximadamente cuarenta millones son estadounidenses.

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Respecto a los próximos estrenos de la compañía, además de las fechas que podemos ver arriba, recordar que Madres Forzosas llegará el próximo 26 de febrero mientras que para ver la cuarta temporada de House Of Cards habrá que esperar al 4 de marzo. Llama la atención que Netflix vaya a esperar hasta agosto a estrenar The Get Down, y que además haya aclarado que la primera temporada se dividirá en dos partes y que en la primera podrán a disposición de los usuarios seis episodios. Por otra parte, ante los rumores surgidos en las últimas horas sobre el posible spin-off de Punisher, el personaje que veremos en la segunda temporada de Daredevil, Sarandos no lo descartó pero sí que aclaró que de momento están centrados en las cinco series de superhéroes ya conocidas. Y confirmó que Jessica Jones tendrá segunda temporada y que ya están trabajando en la nueva temporada de Black Mirror. Posteriormente, en la rueda de prensa de Making a Murderer, sus creadoras Laura Ricciardi y Moira Demos confirmaron que han comenzado a trabajar en próximos episodios, ante los avances del caso de Steven Avery.

Con carácter más general, entre los nuevos proyectos que se dieron a conocer en las ruedas de prensa celebradas en las dos últimas semanas nos encontramos la apuesta latina de Starz, con las tres producciones tituladas Maleficio, Santeria y Pour Vida, las próximas apuestas de History Channel, Knightfall sobre caballeros templarios y Six sobre los Navy Seal, o la miniserie de la cadena afroamericana Bet sobre Nelson Mandela, con Laurence Fishburne como protagonista. En este TCA no se ha descartado que la factoría Chicago de NBC vaya a tener un nuevo miembro, Chicago Law, desde la ABC amenazaron con que Quantico podría durar muchas temporadas y desde Showtime señalaron que es más que probable que Episodes se despida esta temporada.

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Sobre los próximos regresos, HBO puso fecha al regreso de Juego de Tronos, el 24 de abril, el mismo día en el que regresarán Silicon Valley y Veep. Starz fue un poco menos exacta con Outlander y únicamente desveló que la segunda temporada se estrenaría en abril. Mientras que AMC confirmó que el regreso de Fear The Walking Dead llegaría el 10 de abril, al igual que la tercera temporada de la serie histórica Turn. En cuanto a sus nuevas apuestas para este año la cadena fijó para el 19 de abril el estreno de The Night Manager, la miniserie de Tom Hiddleston y Hugh Laurie.

Comedy Central hizo felices a los seguidores de Ilana y Abbi, confirmando que Broad City, la comedia producida por Amy Poehler, tendrá dos temporadas más. Hulu estrenó los trailers extendidos de dos de sus próximos estrenos, 11/22/63 y The Path, que llegarán el 15 de febrero y el 30 de marzo respectivamente. Y Sundace hará lo propio el 2 de marzo con Hap & Leonard, la adaptación de los libros homónimos escritos por Joe. R Lansdale, en la que participarán Christina Hendricks, Michael K. Williams y James Purefoy.

Para saber más de las ruedas de prensa, de otras cadenas o de otras series os recomiendo a los compañeros de Loving Series que han hecho un trabajo fantástico sobre el tour al completo.

Ricky Gervais tenía razón


No soy fan de los desmanes verbales de Ricky Gervais, porque en muchas ocasiones en vez de ser un cómico es un payaso, y en los matices lingüisticos está la consideración profesional. Pero anoche, mientras hacia gracias sobre la desigualdad salarial entre actores y actrices, el personaje de Jeffrey Tambor en Transparent o los abusos sexuales en la Iglesia Católica, tuvo unas palabras para sus jefes. Los integrantes de la Asociación de la Prensa que entregan los Globos de Oro formaron parte del monólogo del cómico cuando dijo que “es un premio, sin ofender, sin valor.” Y añadió que los críticos simplemente los otorgaban para poder hacerse selfies con los ganadores. Y creo que, por una vez, Ricky tenía razón.

La noche comenzó con el merecidísimo premio a Maura Tierney por su trabajo en The Affair. Y desde aquí, (a excepción del reconocimiento a Óscar Isaac)  los premios destinados a la televisión, entraron en una vorágine surrealista que ofrece en un mismo palmarés, Mozart In The Jungle y Wolf Hall, el día y la noche de la televisión. Ambas son adaptaciones literarias, la primera ha dado lugar a una serie ligera, escasamente cómica y floja en muchos aspectos, que como mucho puede servir para pasar una tarde conociendo los supuestos entresijos de la Filarmónica de Nueva York. La segunda es una miniserie británica, y por ello soberbia, con grandes interpretaciones que curiosamente no lograron ser reconocidas. Además, es muy discutible que se mereciera mayor reconocimiento que la segunda temporada de Fargo, que a priori partía como favorita. Pero en vez de premiar la originalidad y el buen hacer de la creación de Noah Hawley, decidieron cubrir su cuota británica con una producción a la que es difícil poner un pero, más allá de que desentona con el resto del palmarés. Es como si los críticos hubiesen decidido que al menos en una categoría, había que ser responsable y cumplir con lo que se supone que premian, lo mejor, lo sublime, de la televisión.

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Por si el esperpento no hubiese sido suficiente, y teniendo como nominados a un actor que ya premiaron el año pasado, como Jeffrey Tambor, o a la promesa más evidente de la comedia norteamericana, Aziz Ansari, los votantes decidieron que estaba bien premiar a Gael Gª Bernal, protagonista de Mozart In The Jungle. El director de la orquesta de la Filarmónica de Nueva York no es el mejor personaje del actor mejicano, al que en demasiadas ocasiones se le ve forzado y poco creíble. Y la noche alcanzó su cenit cuando la buena de Kirsten Dunst, que había encontrado en el rol de Peggy Blomquist en Fargo uno de los papeles de su vida, vio como una diva del pop le robaba un premio que a todas luces era suyo. Porque es sabido por los especialistas en los galardones, que estos disfrutan premiando lo nuevo, lo más vistoso, aquello rompedor.

Tristemente los críticos perdieron la oportunidad de sorprender de verdad premiando el excelente trabajo de Rami Malek como protagonista de Mr. Robot, en beneficio de un Jon Hamm que competía por última vez por su trabajo en Mad Men. El reconocimiento como mejor serie dramática para la primera es discutible, si revisamos el conjunto de la historia, pero innegable si lo que se tiene en cuenta es su frescura y particular factura. Fue, junto a UnReal una de las series del verano, y aunque quizá sea un premio excesivo, sirve para que no caiga en el olvido y tal vez alguna cadena más, por ejemplo alguna española, se anime a emitirla. Aunque sólo sea para presumir.

Antes de terminar la ceremonia, quedaba un último premio, el de mejor actriz dramática. Que se lo llevase Taraji P. Henson por su papel en Empire fue la confirmación de que la fiesta estaba destinada a pasarlo bien, a conceder un minuto de gloria a una actriz que interpreta un papel tan exagerado que me cuesta reconocer donde termina la persona y comienza el intérprete. Pero a los fans les gusta, y da lugar a numerosos memes, que es lo que triunfa ahora. Ah, y a selfies, que supongo que habrán quedado estupendos en los perfiles de las redes sociales de los críticos. Porque a eso íbamos, ¿no Rick?