Querida Lena Dunham:


Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí, quizá porque el final de la segunda temporada de la serie no logró motivarme demasiado. Tampoco digo que ahora lo esté, pero para mí esta ha sido una docena de capítulos por momentos emocionantes, por momentos desesperantes, y no quería dejar pasar la oportunidad de dejar por aquí mis opiniones sobre la tercera entrega, que terminó el pasado domingo. Los comienzos fueron esperanzadores, ya que la estabilidad sentimental había llegado a tu vida con el hombre que tanto habías perseguido, un hombre que se había mudado a vivir contigo y había decidido cuidar de tí y de tu trastorno. Mientras tanto Shoshanna y Marnie disfrutaban de su nueva situación sentimental, o más bien la sufrían. Porque mientras la primera estaba dispuesta a arrasar con todo a su paso, e incluso quemar algún puente que luego necesitaría, la segunda trataba de afrontar la realidad, soltera, sin trabajo y de vuelta a casa de su madre. Por último Jessa permanecía confinada en un centro de desintoxicación, molestando con su sinceridad y únicamente preocupada por salir del lugar fuese como fuese.

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A pesar de que el episodio de la casa en la playa fue un enorme ejercicio de franqueza, poniendo a las cuatro jóvenes en situaciones que no habríamos imaginado, mi capítulo preferido es el segundo, Truth or Dare, cuando Hannah, Shoshanna y Adam contra su voluntad, van a buscar a Jessa, con la que el centro de desintoxicación ha decidido rendirse. Reconozco que fue entonces cuando Adam y yo nos reconciliamos, además de por ser franco con Hannah, por mostrarse, en su particularidad, como el más sensato del grupo. Si bien es cierto que los comienzos fueron difíciles, y al comienzo de la serie el rol interpretado por Adam Driver me parecía una bestia descerebrada, ahora, a pesar de sus disfuncionalidades laborales, es el único ser con el que los espectadores mortales, aquellos que no compartimos la grandeza de erigirse como «la voz de una generación», podemos sentir cercano por momentos. A pesar del (incomprensible) amor que siente por la inestable aspirante a escritora, Adam es franco con ella, aunque, a veces, sea doloroso.

Otro de los episodios más interesantes de la tercera entrega es el noveno, que lleva por título Flo, y en el que el personaje interpretado por Lena Dunham, va a visitar a su abuela moribunda al hospital. En éste capítulo botella conocemos un poco más a la familia  materna de Hannah, especialmente a sus tías, tan diferentes como sorprendentes, y su prima, para la que es todo aquello que más odia de un ser humano. A estos buenos momentos es imprescindible unir las conversaciones de Hannah con su madre, que lo mismo le pide que mienta a su abuela moribunda, que le comenta, como quien no quiere la cosa, que Adam no es suficiente hombre para ella, sin importale si le hace feliz. Para entonces Hannah ya ha tratado de asumir que el spring a través del cual trata de llegar a las estanterías de las librerías, o a los libros electrónicos, se va a convertir en un maratón por culpa de la inesperada muerte de David. Y se ha convertido en una periodista-publicista que sin satisfacer sus necesidades, lo asume como una fase del camino. Hasta que, como era de esperar, Hannah estalla.

De regreso a Nueva York, tras la muerte de su abuela, Hannah vuelve a ser la misma joven caprichosa que busca la comprensión de su novio, o de sus amigos sin importarle cuáles sean las necesidades de éstos. La gota que colma el vaso llega en el penúltimo capítulo, cuando la siempre certera Shoshanna le pregunta como va a aceptar que Marnie y Adam se conviertan en estrellas mientras que ella se dedica a hacer publireportajes en una revista de moda y tendencias, bastante lejos de su pretencioso sueño. Lo que Shoshanna no sabe es que Hannah ya se ha convertido en un arma de destrucción masiva y ha comenzado forzando su propio despido unas horas antes. Poco después vemos como admite su capacidad para meterse en todo cuando antes de abrir la puerta y descubrir a Marnie con Ray reconoce con sinceridad y aplomo Everything’s my bussiness. Con Marnie y Shoshanna engañándose a sí mismas y Jessa tratando de volver a encauzar su vida, el necesario giro con el que cerrar la temporada llega en forma de carta, con unos planes inesperados y quizá necesarios.

Aunque aún queda mucho para que sepamos cuál ha sido la decisión de Hannah, y cómo influye en sus planes de futuro, es evidente que poco a poco, éstas cuatro jóvenes buscan su lugar en el mundo mientras el destino insiste en hacer de las suyas, tanto si les gusta como si no. A través de la muerte, cercana o lejana, los momentos familiares, y las historias de aquellos que han vivido más que ellas, Hannah, Marnie, Shoshanna y Jessa han descubierto que la vida no se construye sólo con sus pasos y sus anhelos y luchan por estar lo más cerca posible de la felicidad, aunque sea lejos de sus sueños o de aquello a lo que siempre han estado acostumbradas. A pesar de que esta temporada tampoco han faltado los berrinches y las peleas absurdas. Pero esto es de esperar, ya que pasa en las mejores familias y con las mejores amigas.

 

Bandas Sonoras: Girls


Dejo para un momento mejor mi opinión sobre la segunda temporada de la serie de la Dunham. La idea era una misiva como la que ya le dediqué al final de la primera temporada, pero entrelas fechas, las líneas ya escritas y la desazón general, esperaré a ver si con su regreso se despiertan en mí sentimientos menos encontrados. En cualquier caso sí que quería dejar por aquí una muestra de una de las pocas cosas positivas que tiene la producción de la HBO, su banda sonora. Muy acorde con el espíritu de la serie y seguramente salida, en buena parte, del iTunes de la omnipresente Lena, la lista que sigue es una selección de todos los temas que suenan en la producción, y como es habitual la podéis disfrutar en vuestro Spotify, suscribiéndoos aquí.

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1.- House Of Rising Sun. The Animals. S02E01. La serie regresó con dos Globos de Oro bajo el brazo y una capítulo que retomaba las vidas de sus protagonistas tal y donde nos habíamos quedado, y en el que parece su estado natural, una fiesta. Allí la adorada Shoshanna se atrevió a poner voz a la versión que el grupo británico The Animals realizaron en los años 60 de esta canción y que se conviritió en número 1 en Estados Unidos y Gran Bretaña.

2.- I Get Ideas. M. Ward. S02E02. El tema que cierra el episodio al que da nombre es una versión acelarada y adaptada a los nuevos tiempos por el cantante californiano de indie flok Matthew Stephen Ward. La canción original, que también fue versionada por Louis Armstrong, es una adaptación del tango de Julio César Sanders «Adiós Muchachos» que llegó a las listas de éxitos nortemaericanas a comienzos de los años 50.

3.- I Love It. Icona Pop. S02E03. Girls sigue de fiesta y en esta ocasión son Hannah y Elijah los que deciden perder la cabeza, tal y como la nueva jefa de la joven le ha pedido. Con droga de por medio los ex novios se marchan a bailar al ritmo de los curiosos Dj’s AndrewAndrew, que en ese momento pinchan uno de los temas del momento. Una pena que el estupendo tema del grupo sueco quede marcado para siempre por la aberrante camiseta que Lena lleva puesta tras intercambiarlo con un joven en la misma pista de baile.

4.- Wonderwall. Oasis. S02E04. En esta ocasión y sin que sirva de precedente, es la protagonista principal de esta serie que para ser justos debería llamarse Hannah la que se arranca en el cante, con el mítico tema del grupo británico que en los noventa no nos cansamos de escuchar. Aunque el tema suena tras el momento bañera, en los créditos finales, en la lista podréis encotrar la versión que años después realizó Ryan Adams. Por cuestiones de Spotify, y porque me gusta más.

5.- Nancy from Now On. Father John Misty. S02E05. En el capítulo-sueño de Lena, en el que Hannah conquista a un guaperas cuarentón las apariciones musicales son contadas, la mayor parte del tiempo se lo llevan las conversaciones, cuando no el sexo, aunque tenemos tiempo de escuchar de fondo este tema del polífacético cantautor de Baltimore cuyo nombre real es Joshua, que no Josh, Tilman. de su último disco Fear Fun.

6.- No Bulbs. The Fall. S02E05. Otro de los temas que ilustran este episodio cuasi epifánico es la canción presente en el octavo disco del grupo británico creado a finales de los 70, titulado The Wonderful and Frightening World Of  The Fall. La banda de punk liderada por Mark. E Smith ha sido una de las más influyentes en su género e incluso ha servido de inspiración a grupos como Franz Ferdinand o Sonic Youth.

7.- Sugars Boat. Thee Oh Sees. S02E06. Claramente dedicado a los hombres de la serie, aunque no por ello respetuososcon los mismos, en este episodio nos encontramos con el tema del ruidoso grupo californiano de garage rock formado a finales de los noventa.

8.- It’s a Beautiful Day Today. Moby Grape. S02E07. Otro capítulo peculiar en el que la Dunham se saca de la manga un escenario y una historia que queda lejos del urbanita Nueva York al que nos tiene acostumbrados. En esta ocasión se centra en la historia familiar de Jessa, tan singular como ella, que ayuda a Hannah a apreciar la suya propia. Cuando ambas charlan en la habitación de la primera podemos escuchar este tema popular a finales de los sesenta y también llamado Ooh Mama Ooh.

9.- Don’t Know Why. Norah Jones. S02E08. Entre los defectos de Marnie imperceptibles a simple vista se encuentra su gusto por cantar, sea o no sea conveniente o necesario. Si es que cantar alguna vez es necesario. Frente al intento de Ray de situar a la bella joven frente a su futuro, la canción que se asoma a esta cabecita loca es el primer tema del álbum que dio a conocer a la pianista neoyorquina Norah Jones, titulado Come Away with me.

10.- Song For Judith. Judy Collins. S02E08. Por su parte Hannah esta vez no canta, sino que muy a su pesar acude a un recital de la veterana estrella de la canción norteamericana junto a sus padres. Ambos están muy preocupados por la  salud de su hija que da evidentes muestras de que su Trastorno Obsesivo Compulsivo, una dolencia que al parecer también padece la actriz y directora. El tema elegido para cerrar del episodio fue uno de los más conocidos de los años setenta de la ecléctica y veterana intérprete.

11.- Bobby, King of Boys Town. Cass McCombs. S02E09. El detonante del criticable final de temporada sucede mientras suena este curioso tema presente en el primer disco de este joven compositor norteamericano titulado A. Hannah regresa de su abrupta visita a urgencias y se encuentra en la calle con Adam, que está con su novia en una fiesta que se celebra en un bar cercano. Y es precisamente esta compañía la que vuelve a despertar en ella esos sentimientos que durante algunos episodios estuvieron aparcados.

12.- Valentine. Fiona Apple. S02E09. Recurriendo una vez más a la música de ambiente en esta ocasión nos podemos encontrar con uno de los temas presentes en el último álbum de la compositora y pianista nacida en Manhattan, titulado The Idler Wheel Is Wiser Than the Driver of the Screw and Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do. Pues eso. Suena mientras la novia de Adam presenta a su chico a sus amigas.

13.- Two Fingers. Jake Bugg. S02E10. En esta ocasión la nueva estrella de la música británica está presente mientras Marnie y Charlie tratan de definir su relación frente a un idílico brunch. De Bugg se ha dicho que es el Dylan del siglo XXI y la verdad es que su primer disco, homónimo, es un trabajo de gran calidad y muy recomendable. Con la pegajosa secuencia que precede, no habría estado mal mantenerla un poco más de fondo.

14.- Elephant. Tame Impala. S02E10. Y para terminar la canción que acompaña a Ray en su decidido, y poco fructífero, camino para encaminar su vida. Se trata del tema de la banda australiana de rock psicodélico formada por Kevin Parker y compañía, el primer single de su segundo disco Lonerism. Publicado en julio de 2012, esta potente canción estuvo entre los cien temas más escuchados del año en su país.

Algunos apuntes sobre los Globos de Oro


Si partimos del hecho de que las nominaciones ya habían sido suficientemente cabreantes por sí mismas, resulta obvio que la noche tampoco iba a resultar satisfactoria. Sin embargo, perdido casi todo de antemano, resultó grato vivir una ceremonia en la que en drama no podían ganar todos los que deseabas y en comedia no podia ganar nadie de los que querías. Aunque no por ello era inevitable la sorpresa. Ni el aumento de la indignación.

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–       Girls no es una comedia (al uso): No llegará a Neox, no lo verán nuestros primos pequeños, ni probablemente les guste a nuestras madres. La historia de cuatro chicas de Nueva York que tratan de abrirse un hueco en el mundo encuentra la sonrisa del espectador más por lo absurdo de algunas situaciones que por el talento innato que la Dunham tenga para la comedia. Y no creo que sea eso lo que se trate de premiar.

–       Y Lena Dunham no es cómica. Más allá del hecho que de un cómico se espera la gracia natural, y la Dunham no la tiene, resultó muy paradójico verla dando las gracias y diciendo lo mucho que admira a sus compañeras de categoría, que casi la doblan en edad, en experiencia y en sonrisas provocadas. Estoy convencida de que esta joven multitarea, de la que estaremos hartos en quince años cuando arrase en el mundo del cine, anoche perdió fans, viendo su hipterismo adocenado por los galadones. Porque en el fondo es la típica moderna que sucumbe a los encantos de cosas “menos modernas”.

–       Don Cheadle tampoco. Tan aberrante como ver a la Dunham sobre el escenario mientras Fey y Poehler aprovechaban el tiempo en cosas mejores fue ver a Don Cheadle recoger el premio a Mejor Actor de Comedia. Desconozco si la Asociación de Críticos de Hollywood le debe algo al protagonista de House of Lies, ni si es muy importante, pero es difícil explicar con palabras la gran injusticia que se cometió en esta categoría. No por Louis C.K, que ya es adulto y podrá vivir con ello, o más bien sin, sino por el hecho de premiar a alguien que de ninguna manera lo merece. O más claramente, como si en vez de haber sido Girls premiada como mejor comedia, lo habría sido Smash ¿Me explico?

–       Homeland, Homeland. Eran los premios más previsibles de todos, por mucho que nos apene a aquellos que somos “Breaking Badianos”, porque también eran los más merecidos. La segunda temporada de la serie de Showtime ha sido un cúmulo de grandes momentos televisivos, que han conseguido el aplauso de la crítica y el público y han asentado a sus protagonistas como dos de los grandes intérpretes del momento. Merecedora de todos los galardones habidos y por haber, el año que viene, en el que despediremos a la serie de Gilligan, y a alguna más, quizá cambien las tornas, pero hasta entonces Brodie y Carrie serán los protagonistas de “el drama”.

–       Soy Claire Danes y soy muy grande. La treintañera neoyorquina que en su día fue estudiante de Yale es una de las mejores actrices de su generación y lo confirma año tras año. Con el de ayer Danes tiene tres Globos de Oro consecutivos, cuatro con el de 1995, dos por Homeland y el primero por su magnífico papel en Temple Grandin. Digna de admiración también es su capacidad para meterse en ese fantástico vestido rojo un mes después de dar a luz, con tanta naturalidad como con la que grabó la temporada por la que fue premiada.

–       Tina Fey y Amy Poehler Forever. Aunque es cierto que Will Ferrell y Kristen Wigg tuvieron sus minutos de gloria, y fueron bastantes los que opinaron que se merecen un papel más relevante esl año que viene, mi apuesta segura son esas dos diosas de la comedia que repartieron comentarios jocosos a diestro y siniestro nada más comenzar. Sin duda alguna mi preferido fue el dedicado a Bigelow y sus conocimientos sobre la tortura tras haber estado casada con James Cameron, aunque la comentada soledad de Anne Hathaway en la entrega de los Oscar tampoco estuvo mal. Decídselo a Sacha Baron Coen, que  como demostró anoche ante la indiferencia de sus compañeros, cree que la gracia reside en la ofensa.

–       Las parejas “entregadoras”. El séptimo arte se convulsionó como tal cuando dos mentes privilegiadas de la interpretación como son Arnold Schwarzenegger y Silvester Stallone entregaron el Globo de Or a la Mejor Película de Habla Extranjera a Amor, y Michael Haneke lo recogió a manos de su compatriota. Lo grande y lo banal de una misma industria intercambiando saludos gracias al premio de la crítica. Ahí hay malicia.

–       La belleza no hace la clase. Ni el gusto. Ni viceversa. Creo que no me equivoco si digo que la única que consiguió el aplauso general de las fashion victims fue Julianne Moore con su fantástico vestido en blanco y negro. Y ya. Los vestidos de Jessica Chastain, Jodie Foster, Lucy Liu, Julianna Margulies y Eva Longoria, el fanatismo nude de Amy Adams y otras tantas con el mismo color de piel, el rosa palo de Panettiere, el berenjena de la Dunham y alguno que me dejo por ahí son la quintaesencia de la injusticia, o como tener la posibilidad de ponerte cualquier cosa y acabas yendo como un adefesio. Qué lástima.

–       Petición del televidente. En mis mejores sueños me imagino que Louis C.K ha vuelto hoy a casa, se ha plantado delante de unos folios y la próxima temporada de Louie, no sé muy bien cómo ni porqué nos regalará un capítulo triple con los entresijos de la ceremonia en el más puro estilo de su última temporada. Eso sí que daría sentido a la pasada noche.

¡Que empiece ya!!


Ahora que lo suyo es despedir el año que termina haciendo balance sobre lo que nos ha dejado el 2012, también televisivamente hablando, me encuentro más motivada para escribir sobre aquello que nos aguarda el próximo mes año, especialmente durante sus primeras semanas. No es que el presente año no haya resultado satisfactorio, aunque poco más, sino que los finales de temporada y descansos navideños ya están en el aire y algunos ya necesitamos pensar cómo supliremos ausencias como las de Homeland, The Walking Dead, Dexter o Sons of Anarchy. Ya sé que algunas de ellas son irremplazables, pero también lo fueron las series que ahora vuelven. Y además, hay estrenos que tienen buena pinta y pueden proporcionarnos muy buenos momentos seriéfilos.

JUSTIFIED: Timothy Olyphant as Raylan Givens. CR: Frank Ockenfels III / FX

Justified, FX Networks, Cuarta temporada, 8 de enero

El marshal más rápido de Kentucky regresa bien pronto, aunque el incierto sabor de boca que me dejó el final de la tercera temporada, me hace ser escéptica respecto a lo que nos pueda deparar ésta nueva entrega. La altura que alcanzó la serie de Graham Yost en su sobresaliente segunda temporada hizo que la tercera estuviese casi sentenciada antes de comenzar. La presencia de Neal McDonough interpretando al despreciable Robert Quarles y los nuevos negocios de Boyd Crowder no fueron suficientes para suplir la ausencia de la poderosa Mags Bennett, y aunque su vástago más cafre regresó, la temporada no tenía remedio. A la vista del tráiler de la nueva entrega parece que Raylan y su viejo amigo Boyd vuelven a ocupar lugares opuestos de la ley, y mientras el primero seguirá saltándose las normas y olvidando las recomendaciones de su jefe, el segundo hará lo propio, pero sin tener que dar explicaciones a nadie. No me soprendería que fuese la última temporada de la serie.

Shameless US,  Showtime, Tercera temporada, 13 de enero

Los domingos recuperan su ritmo el segundo fin de semana de enero y a las dos producciones que comento aquí se unen Californication, Enlightened y House of Lies. Pero vayamos con los Gallagher que, sin querer ser quejicosa ni repetitiva, tampoco me entusiasmaron excesivamente en la segunda temporada, aunque según avanzaron los capítulos la trama fue recobrando vida. El comienzo no aportaba nada nuevo, y hasta que Lip y Fiona pierden el control de sus vidas, y se resiente su relación, Shameless Us no alcanzó el mejor momento de la temporada. Sobre  la tercera entrega, ni el poster con Fiona vestida de Blancanieves, ni el tráiler dejan adivinar demasiado, aunque con la vida de los Gallagher perfectamente engrasada en los últimas tramas que pudimos disfrutar, podemos esperar ya cualquier cosa.

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Girls, HBO, Segunda Temporada, 13 de enero

Que alegría, que alegría, que regresan Hannah Horvath y las locas de sus amigas. Aunque dudo mucho que estas dicharacheras jóvenes que viven en Nueva York llegasen a ser mis personas preferidas, y como escribí en su momento, me resultan tan lejanas como los esquimales, la serie de Dunham rebosa la autenticidad que muchas producciones quisieran para sí. Atrevida, diferente y honesta, con el siempre apetecible Nueva York como escenario, Girls regresa enfrascada en las preocupaciones que ya mostró en la primera temporada: trabajo, hombres y demás relaciones sociales. Quizá ya no importe si nos identificamos a estas vidas, a veces tan frívolas,  y sólo tengamos que sentarnos frente al televisor a observar la vida de Hannah y sus amigas como quien se sienta frente a una ventana, a esperar a ver qué pasa en el patio.

The Americans, FX Networks, Estreno, 30 de enero

El apetecible drama de espíasambientado en los años ochenta en Estados Unidos mejora paulatinamente sin haber llegado aún a la pequeña pantalla. Habrá que esperar al último miércoles de enero para ver a Keri Russell (Felicity) y Matthew Rhys (Brothers & Sisters) en la piel de dos agentes de la KGB que viven en Washington para hacerse pasar por ciudadanos norteamericanos. Aunque comienzan siendo simples compañeros, el roce parece que llevará al cariño, y se convertirán en una pareja mientras la Guerra Fría se instala en sus vidas. Esta prometedora historia, producida por Joe Weisberg y, precisamente, Graham Yost, es una de las apuestas de la cadena para el próximo año y acaba de confirmar que Margo Martindale, la estrella de la arriba referida segunda temporada de Justified, será una de las actrices más importantes que formarán el resto del reparto, interpretando a una espía de la KGB.

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House of Cards, Netflix, Estreno, 1 de febrero

Que atrevida es la ignorancia, que me lleva a esperar con los brazos abiertos el remake americano de la serie de la BBC que protagonizó, en 1990, Ian Richardson. Pero es que el atractivo que rezuma el tráiler, en el que parece que podremos encontrar a un gran Kevin Spacey en el papel protagonista, hace muy apetecible la nueva serie de la plataforma de vídeos Netflix.  En la historia que primeramente contó la novela homónima de Michael Dobbs, todos los ojos se centran en el maquiavélico congresista Francis Underwood, un hombre dispuesto a desvelar todos los secretos que conoce si eso le lleva a la presidencia del país. A Spacey le acompañan en el reparto Michael Kelly (Generation Kill, The Sopranos) Constance Zimmer (Entourage) y Robin Wright (la ex señora de Penn) y en el proyecto David Fincher (Seven, Fight Club) y Beau Willimon, que recientemente adaptó para la gran pantalla The Idus of March.

Game of Thrones, HBO, Tercera temporada, 31 de marzo

Cien días y una semana quedan para que se produzca el regreso más esperado del 2013. Vuelven a nuestros televisores las historias que conforman la saga de G.R.R. Martin y lo hacen, si cabe, con más expectación que las anteriores. Y es que, desde que terminó la segunda temporada, allá por junio, raro ha sido el mes en el que no hemos descubierto un nuevo actor o actriz que formará parte del extensísimo reparto de la serie. Ciaran Hinds (Rome) será Mance Rayder, la veterana Diana Rigg se pondrá en la piel de Olenna Redwyne, mientras que Iwan Rheon (Misfits) hará lo propio con Ramsay Bolton. El joven Thomas Brodie-Sangster será Jojen Reed, una de las fuerzas que se unirá a los Stark y les acompaña en su huída tras la toma de Invernalia. La nota exótica de los cameos la pondrán Will Champion, batería de Coldplay y Gary Lightbody, cantante de Snow Patrol.

Amigas y residentes en Nueva York


De los muchos estrenos que nos ha dejado la temporada 2011-2012, tres de ellos comparten su planteamiento inicial: dos o más amigas que comparten piso y tratan de sobrevivir en el idílico Nueva York. 2 Broke Girls, Girls y Dont Trust the B—- in Apartment 23 llegaron a nuestras pantallas casi sucesivamente, y llegaron a coincidir durante un tiempo. En ellas, en un tono más o menos cómico asistimos al duro día a día de unas mujeres jóvenes y guapas que en algún momento de sus vidas trabajan en un bar, aunque sus esperanzas duermen más allá de la máquina del café. Hijas de millonarios caídas en desgracia, luchadoras natas y provincianas con altas metas, conviven en una ciudad en la que la ficción lleva años soñando con triunfar y muy pocos han sido los que lo han hecho.

Allá por el mes de septiembre la CBS estrenó 2 Broke Girls, una sitcom (de la que ya hablé aquí) sin grandes pretensiones y malhablada que se ganó al público gracias a su posición en la parrilla y consiguió ser renovada. Kat Dennings y Berth Bers son Max Black y Caroline Channing, unas compañeras de piso y de trabajo que se acaban convirtiendo en amigas gracias a un interés común, un negocio que cambie sus vidas. El 11 de abril la ABC estrenó la serie de nombre inacabable que protagonizan Krysten Ritter y Dreama Walker, y en la que James Van Der Beek se interpreta, con gracia, a sí mismo. Chloe es la «bitch» a la que hace referencia al título, y June es una joven de Indiana que se niega a aceptar el fracaso antes de acabar de mudarse a su ciudad soñada, Nueva York. Sin hogar y sin trabajo, contesta al anuncio de Chloe y comienzan, no sin problemas, su convivencia. Y cuatro días más tarde, y de la mano de HBO, se estrenó una de las sorpresas de la temporada, Girls. Escrita, dirigida, producida e interpretada por Lena Dunham, esta comedia juvenil narra las aventuras de Hannah Horvath y sus amigas Marnie, Jessa y Soshanna, que tratan de encontrar un trabajo estable y llevar una vida adulta.

A pesar de las diferencias de edad existentes entre las primeras y las últimas, las tres series guardan puntos en común, que comienzan en la importancia de tener alguien al lado cuando todo va mal y podrían terminar en la azarosa vida social de los neoyorquinos. La ciudad tampoco es la misma para todas, y mientras Max y Caroline se desenvuelven en «la parte chunga» del East River, Chloe y June lo hacen en algún lugar sin determinar en la isla de Manhattan, y Hannah y sus amigas viven en la siempre cercana Brooklyn. Son éstas últimas prácticamente las únicas que nos regalan escenarios reales, que podemos encontrar en la cafetería en la que trabaja Lena con Ray, situada en Greenpoint, la casa Adam, en Prospect Heights o las de Lena y Marnie, también en la zona Greenpoint, y Jessa y Shoshanna, más pudientes, situada en Little Italy.

Las distancias cualitativas y las intenciones de las tres producciones, son también muy grandes y mientras que Girls se ha presentado en la parrilla como una de las revelaciones de la temporada, y una serie que dará mucho que hablar, 2 Broke Girls es una simpática sit-com que con algún esfuerzo, y un humor más refinado, podría ganarse las simpatías de la crítica. Por su parte Dont Trust the…. es una serie más ligera, y para mí peor que la anterior, en la que lo más interesante son los actores que participan. En definitiva, muchas formas, y muchas posibilidades, de contar lo mismo, la historia de las mujeres que no se dan por vencidas, que tienen sueños y tratan de alcanzarlos, que toman decisiones y tienen que ser consecuentes con las mismas. Algo así como hacerse mayor en Nueva York.

Querida Lena Dunham:


Por comenzar con la verdad por delante, te diré que estoy en esa edad en la que todo aquel que triunfa es, muy probablemente, más joven que yo, lo cual resulta muy molesto, ya que a nadie le agrada preguntarse qué ha hecho con su vida. Y tú eres cinco años más joven que yo, que sin ser mucha distancia, me sitúa ya en otra década, y quizá otras preocupaciones. Sin disgustarme, ni por supuesto parecerme mala, todo lo contrario, esa serie que has creado, escribes y produces no acaba de llenarme como me gustaría, y me molesta porque me parece frívola, o alejada de los problemas reales de cualquier joven de hoy en día. Pero parece que la equivocada, otra vez, soy yo, porque ya son muchos los que te otorgan el  título de «voz de una generación» y alaban que nos acerques tus preocupaciones, de la mano de Hanna Horvath.

En Girls, que gracias al interés de HBO, ya viene de fábrica con una pátina de calidad que le sirve para acrecentar la expectación con la que se vive cualquier estreno hoy en día, tratas de reflejar de forma autobiográfica la vida que les ha tocado vivir a cuatro jóvenes en la siempre atractiva ciudad de Nueva York. O no, porque hay quien parece no tenerlo muy claro. En cualquier caso, y por empezar ya con las quejas, las herederas de las ganas de marcar tendencia que tenía Carrie Bradshaw sois tú y tus amigas, especialmente ellas. No me dais sensación de apuro en ningún momento, porque como dice el amigo cotilla de Charlie «no vives la vida adulta si tus padres te pagan la Blackberry», y tu nivel de terror ante la llegada de fin de mes llega al nivel justo para tratar de bromear con el  tipo que te esta haciendo la entrevista de trabajo y llamarle «violador».

El empeño por hacer de TODOS los personajes masculinos de la serie unos idiotas integrales me impide respetar a ninguno de ellos, ni al ser que insistes en tener como novio, ni al de Marnie, ni por supuesto a tu padre o al «señor sobón». Y si además os encuentro a todas demasiado lejos de mí, y de mucha de la gente normal que conozco, la conexión se hace verdaderamente difícil. Aunque si recuerdo a alguna(s) que miraban al futuro preocupadas por perder la virginidad, insatisfechas con sus novios de toda la vida o presumiendo de independencia mientras se aferraban a un brazo.

Sin embargo me gusta lo que os rodea, cómo lo mostráis e incluso a veces vuestras conversaciones. Yo, que no hace mucho que me he iniciado en la comedia y ahora adoro Parks & Recreation y Louie, no os veo graciosas, y me parece absurdo, e incluso esperable, que termines una casi ruptura con un polvo, que tengas diario y que las manos de un hombre sobre sus páginas traigan problemas. Por lo que discrepo de los que ya te sitúan tras la estela de Larry David o Louis C. K. a la vez que reconozco mi poco común sentido del humor. Si tengo que elegir me quedo con Shoshanna (Zosia Mamet), porque su inocencia me provoca una sonrisa, y Jessa (Jemina Kirke), por resultar menos predecible que Marnie (Allison Williams) y tú.

Y por ellas dos, por Nueva York, y porque en sus comienzos las dos series arriba citadas tampoco acababan de convencerme, seguiré un rato más delante de la pantalla, atenta a vuestras preocupaciones y vuestros miedos. Pero mi cinismo inusualmente filosófico, me recordará que sois hijas de estrellas de la televisión, músicos y guionistas, y me sentiré molesta. Y la molestia crecerá cuando lo que me contéis, una vez más, no tenga que ver conmigo. Vivo sin vivir en mí…