Estrenos Seriéfilos de Marzo


Mientras algunas producciones se acercan al final de temporada (o de serie, snif) los estrenos continúan llegando a la pequeña pantalla… Y a Netflix, ya que la plataforma estrena este mes dos nuevas producciones. Además, una de las series más esperadas del año (otra vez), una comedia apocalíptica, una producción con firma de renombre y un nuevo producto de una franquicia muy rentable.

The Last Man On Earth. FOX. 1 de marzo. Tras ganarse el reconocimiento de la crítica y el público con su trabajo en Nebraska, Will Forte ha retomado su vena cómica escribiendo y protagonizando está disparatada comedia. Argumento: En el año 2022, Phil Miller es único ser humano que habita en la Tierra, aunque este exempleado de banca no pierde la esperanza de encontrar algún ser humano en su viaje por Estados Unidos. ¿Algo novedoso? Aunque a la vista del reparto, en el que por cierto aparece January Jones, cabría esperar que nos encontremos con flashbacks previos a la desaparición de la humanidad, es destacable que el peso de una serie vaya a soportarlo en su totalidad un sólo hombre. Y la omnipresente soledad puede dar mucho juego a la hora de plantear gags y tramas. Pronóstico: A pesar de que la relación de FOX con sus comedias es muy irregular, creo que puede convertirse en uno de sus aciertos en la temporada 2014-2015.

Battle Creek. CBS. 1 de marzo. Animadas por el éxito de Gilligan con Breaking Bad, en 2013 Sony y la CBS llegaron a un acuerdo para producir una serie basada en un guión del prolífico creador hace diez años. Y unieron al proyecto al exitoso David Shore. Argumento: El agente especial Milton Chamberlain llega a la ciudad para incorporarse al departamento de policía, un lugar lejos de las elitistas oficinas en las que acostumbra a trabajar. Allí le espera el tozudo y desagradable detective Agnew, y juntos forman una pareja de policías que apenas pueden soportarse, siendo el contrapunto a los protagonistas habituales en este tipo de producciones. ¿Algo novedoso? No parece que vaya a ir mucho más allá de un procedimental policíaco. Pronóstico: Recoge el testigo de CSI en la parrilla de CBS, y puede que la audiencia responda pero su posible renovación quizá dependa de las previsiones de la cadena para la próxima temporada.

CSI: Cyber. CBS. 4 de marzo. Y hablando de exprimir el éxito y los procedimentales, la franquicia más rentable en lo que va de siglo regresa para adaptarse a los nuevos tiempos. Argumento: La agente especial Avery Ryan dirige la unidad de delitos informáticos del FBI, que se ocupan de resolver los casos relacionados con internet, la piratería, el acoso en la red o los ciber robos. ¿Algo novedoso? Más allá del «Cyber» y lo que ello conlleva, destaca en su reparto la presencia de la recientemente oscarizada Patricia Arquette, así como el regreso de Peter McNicol a la televisión con un papel regular y la intromisión en el género de acción del otrora ídolo adolescente James Van Der Beek. Pronóstico: Es el yogur que ya conocemos con un sabor diferente al habitual. Es de esperar que aprovechen la oportunidad que ofrece la vertiente tecnológica para utilizar en sus tramas las variadas vertientes que podrían explorar, algo en lo que residiría su aspecto diferenciador.

American Crime. ABC. 5 de marzo. El galardonado guionista de 12 años de esclavitud, John Ridley, regresa a la televisión nueve años después de su último trabajo en la pequeña pantalla. Argumento: Un veterano de guerra y su mujer son asaltados en su casa, resultando muerto el primero. La producción se centra en las vidas de sus seres queridos y en los principales sospechosos en la investigación que se lleva a cabo, que culminará con un juicio, todo ello plagado de connotaciones raciales. ¿Algo novedoso? Leer y escuchar a quienes ya la han visto diciendo que no parece una producción de una network, sino una miniserie (de las buenas) de una cadena de cable. Y un gran elenco, con Felicity Huffman, Timothy Hutton, Penelope Ann Miller y Jon Michael Davis entre otros. Pronóstico: Mucho se tendrá que torcer la historia para que la serie no logre alguna nominación en la próxima edición de los Emmy.

Unbreakable Kimmy Schmidt. Netflix. 6 de marzo. Tina Fey regresa a nuestras vidas, junto a su compañero en 30 Rock Robert Carlock, en una producción que inicialmente era de la NBC, pero que está descartó y fue inmediatamente adquirida y renovada por una segunda entrega por la plataforma de streaming. Argumento: Kimmy es una joven rescatada de una secta apocalíptica que tras un viaje a Nueva York decide quedarse a vivir en la ciudad, con sus miedos, su escasa experiencia social y particular forma de ver la vida. ¿Algo novedoso? Además de su curioso argumento, el nuevo personaje regular de la protagonista, Ellie Kemper, tras The Office, al igual que Jane Krakowski, inolvidable en Ally McBeal y 30 Rock. Pronóstico: Con los nombres y el trailer a mi me tienen ganada, pero preferencias aparte, la verdad es que tiene muy buena pinta, y el regreso ya confirmado.

Bloodline. Netflix. 20 de marzo. Gleen y Todd Kessler junto a Daniel Zelman vuelven a unirse tres años después de Damages para crear un thriller familiar ambientado en los Cayos de Florida. Argumento: Los cuatro hermanos de la familia Rayburn ven como la oveja negra de la familia regresa a casa y despierta viejos fantasmas que creían enterrados. ¿Algo novedoso? Siguiendo con los regresos estelares a la pequeña pantalla, Kyle Chandler regresa cuatro años después de Friday Night Lights al formato serializado. Y le acompañan figuras como Linda Cardellini (Mad Men), Sam Shepard o Sissy Spacek entre otros. La historia puede no ser muy llamativa de partida, pero sí lo será la forma en la que manejen los giros, secretos y engaños. Pronóstico: Para mí, incierto. Plataforma, creadores y elenco forman un buen tándem pero no sería la primera vez que eso no fuese suficiente para dar lugar una gran producción. Veremos.

Globos de Oro 2014: las preguntas inconvenientes


He de confesar que ya no sé si veo las entregas de premios por pura curiosidad periodística y/o de aficionada, o porque simplemente disfruto con las decisiones que toma un conjunto de gente a la que les une, principalmente su profesión, sean guionistas, actores o periodistas extranjeros en Estados Unidos. Nunca un extranjero tuvo tanto poder en ese país… ¿O sí? El caso es que, una vez más, unidas las cabezas, emitidos los votos y hecho el recuento de cara a la entrega de premios que el próximo 12 de enero presentarán (Oh, Siiiiiiiii!!!!) Amy Poehler y Tina Fey, ha vuelto a salir un conjunto televisivo más bien extraño en el que, unas veces por la absurdez de las categorías en sí mismas, otras porque sobre gustos no hay nada escrito, los haters, los lovers, y otro millar de personas que vivimos para quejarnos por todo tenemos motivos para hacerlo. Si lo que simplenente os interesa es la listade nominados, la podéis encontrar aquí. Si soy más de cine aquí. Y si sabíais a lo que veníais, allá vamos.

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– (Me gustaría escribirlo en mayúsculas, para expresar mi verdadero cabreo, pero voy a contenerme por respeto a vuestros ojitos) ¿Kerry «morritos» Washington nominada como mejor actriz dramática y Lizzy Caplan, con su papelón de Virginia Johnson sentada en su casa? ¿En serio? ¿En que cabeza cabe? ¿Por qué? ¿Es que el esfuerzo interpretativo reside en las caritas, los enfados y los cabreos que derivan en calentones? ¿De verdad? ¿Es que vamos a tener que darle la razón a la amargada y moribunda doctora DePaul, y reconocer que en lo que respecta a esta serie los críticos han sido machistas?

– Porque aquí viene la siguiente ¿Allison Janney, la sufrida esposa del rector que es la viva imagen de lo que padecieron las mujeres maduras de su época se queda en su casa también? ¿Y ni siquiera puede con Zooey Deschanel por su papel en Mom? ¿Ni en drama, ni en comedia, ni en esa categoría obscena de actriz de reparto de la que hablaré después? ¿En serio?

– ¿Downton Abbey como mejor serie dramática? ¿En Serio? ¿Otra vez British Airways fletando un avión para que Fellowes y compañía se pasen una semanita de fiesta en fiesta en Los Ángeles y se vuelvan a casa sin nada? ¿Acaso no sería más lógico, puesto que es más nueva, más original y más coral haber nominado a Orange Is The New Black?

– Vaya por delante que la veo pero ¿tan buenos les han parecido a los votantes los primeros capítulos de Brooklyn Nine Nine, como para hacer un hueco en las mejores comedias? ¿Y Andy Samberg merece estar ahí más que Nick Offerman?

– ¿Qué categoría es esa en la que se juntan Monica Potter, Hayden Panettiere y Sofía Vergara? ¿Está escrito en algún sitio que Sofía Vergara tenga que estar nominada siempre, para que vaya a todas las ceremonias y así suba la audiencia masculina?

– ¿Y su versión masculina, con Aaron Paul, Rob Lowe, Josh Charles,  Jon Voight y Corey Stoll? ¿Son cuatro palmeros de Paul o darán la campanada?

– ¿Vale más el trabajo de James Spader en lo que se ha visto hasta ahora de The Blacklist que el temporadón de Jon Hamm en Mad Men, aunque volviese a irse de vacío?

– ¿Alguien ha visto Dancing on the Edge?

– ¿Para cuando una categoría de Bandas Sonoras de Series, que hace tiempo que suponen un gran esfuerzo, y dan muy buenos resultados?

– ¿Volverá Lena Dunham a llevarse dos premios y fastidiarnos la noche como el año pasado?

Algunos apuntes sobre los Globos de Oro


Si partimos del hecho de que las nominaciones ya habían sido suficientemente cabreantes por sí mismas, resulta obvio que la noche tampoco iba a resultar satisfactoria. Sin embargo, perdido casi todo de antemano, resultó grato vivir una ceremonia en la que en drama no podían ganar todos los que deseabas y en comedia no podia ganar nadie de los que querías. Aunque no por ello era inevitable la sorpresa. Ni el aumento de la indignación.

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–       Girls no es una comedia (al uso): No llegará a Neox, no lo verán nuestros primos pequeños, ni probablemente les guste a nuestras madres. La historia de cuatro chicas de Nueva York que tratan de abrirse un hueco en el mundo encuentra la sonrisa del espectador más por lo absurdo de algunas situaciones que por el talento innato que la Dunham tenga para la comedia. Y no creo que sea eso lo que se trate de premiar.

–       Y Lena Dunham no es cómica. Más allá del hecho que de un cómico se espera la gracia natural, y la Dunham no la tiene, resultó muy paradójico verla dando las gracias y diciendo lo mucho que admira a sus compañeras de categoría, que casi la doblan en edad, en experiencia y en sonrisas provocadas. Estoy convencida de que esta joven multitarea, de la que estaremos hartos en quince años cuando arrase en el mundo del cine, anoche perdió fans, viendo su hipterismo adocenado por los galadones. Porque en el fondo es la típica moderna que sucumbe a los encantos de cosas “menos modernas”.

–       Don Cheadle tampoco. Tan aberrante como ver a la Dunham sobre el escenario mientras Fey y Poehler aprovechaban el tiempo en cosas mejores fue ver a Don Cheadle recoger el premio a Mejor Actor de Comedia. Desconozco si la Asociación de Críticos de Hollywood le debe algo al protagonista de House of Lies, ni si es muy importante, pero es difícil explicar con palabras la gran injusticia que se cometió en esta categoría. No por Louis C.K, que ya es adulto y podrá vivir con ello, o más bien sin, sino por el hecho de premiar a alguien que de ninguna manera lo merece. O más claramente, como si en vez de haber sido Girls premiada como mejor comedia, lo habría sido Smash ¿Me explico?

–       Homeland, Homeland. Eran los premios más previsibles de todos, por mucho que nos apene a aquellos que somos “Breaking Badianos”, porque también eran los más merecidos. La segunda temporada de la serie de Showtime ha sido un cúmulo de grandes momentos televisivos, que han conseguido el aplauso de la crítica y el público y han asentado a sus protagonistas como dos de los grandes intérpretes del momento. Merecedora de todos los galardones habidos y por haber, el año que viene, en el que despediremos a la serie de Gilligan, y a alguna más, quizá cambien las tornas, pero hasta entonces Brodie y Carrie serán los protagonistas de “el drama”.

–       Soy Claire Danes y soy muy grande. La treintañera neoyorquina que en su día fue estudiante de Yale es una de las mejores actrices de su generación y lo confirma año tras año. Con el de ayer Danes tiene tres Globos de Oro consecutivos, cuatro con el de 1995, dos por Homeland y el primero por su magnífico papel en Temple Grandin. Digna de admiración también es su capacidad para meterse en ese fantástico vestido rojo un mes después de dar a luz, con tanta naturalidad como con la que grabó la temporada por la que fue premiada.

–       Tina Fey y Amy Poehler Forever. Aunque es cierto que Will Ferrell y Kristen Wigg tuvieron sus minutos de gloria, y fueron bastantes los que opinaron que se merecen un papel más relevante esl año que viene, mi apuesta segura son esas dos diosas de la comedia que repartieron comentarios jocosos a diestro y siniestro nada más comenzar. Sin duda alguna mi preferido fue el dedicado a Bigelow y sus conocimientos sobre la tortura tras haber estado casada con James Cameron, aunque la comentada soledad de Anne Hathaway en la entrega de los Oscar tampoco estuvo mal. Decídselo a Sacha Baron Coen, que  como demostró anoche ante la indiferencia de sus compañeros, cree que la gracia reside en la ofensa.

–       Las parejas “entregadoras”. El séptimo arte se convulsionó como tal cuando dos mentes privilegiadas de la interpretación como son Arnold Schwarzenegger y Silvester Stallone entregaron el Globo de Or a la Mejor Película de Habla Extranjera a Amor, y Michael Haneke lo recogió a manos de su compatriota. Lo grande y lo banal de una misma industria intercambiando saludos gracias al premio de la crítica. Ahí hay malicia.

–       La belleza no hace la clase. Ni el gusto. Ni viceversa. Creo que no me equivoco si digo que la única que consiguió el aplauso general de las fashion victims fue Julianne Moore con su fantástico vestido en blanco y negro. Y ya. Los vestidos de Jessica Chastain, Jodie Foster, Lucy Liu, Julianna Margulies y Eva Longoria, el fanatismo nude de Amy Adams y otras tantas con el mismo color de piel, el rosa palo de Panettiere, el berenjena de la Dunham y alguno que me dejo por ahí son la quintaesencia de la injusticia, o como tener la posibilidad de ponerte cualquier cosa y acabas yendo como un adefesio. Qué lástima.

–       Petición del televidente. En mis mejores sueños me imagino que Louis C.K ha vuelto hoy a casa, se ha plantado delante de unos folios y la próxima temporada de Louie, no sé muy bien cómo ni porqué nos regalará un capítulo triple con los entresijos de la ceremonia en el más puro estilo de su última temporada. Eso sí que daría sentido a la pasada noche.

Mujeres televisivas multitarea


El próximo mes de abril la cadena estadounidense HBO estrenará Girls,  una producción que muchos ya definen como la versión moderna y juvenil de Sexo en Nueva York, pero que contará con los aires independientes de Juno. La serie estará dirigida, producida, escrita y protagonizada por Lena Dunham, una joven neoyorquina de veinticinco años que ya cuenta con experiencia en todos esos campos. Ella es la última en unirse a una tendencia habitual en el sector femenino de la industria: mujeres capaces de situarse al frente de un proyecto que ellas mismas idean, financian, protagonizan y dirigen.

Sin retrotraernos a los noventa, cuando Roseanne Barr y Ellen DeGeneres manejaban los hilos de las comedias homónimas que protagonizaban, la referencia más reciente es Whitney Cummings, la sorpresa televisiva de una temporada otoñal en la que ha estrenado dos producciones. Por un lado, ésta actriz con amplia experiencia en los programas de humor estadounidense, se encarga de escribir y producir para la CBS las historias de Max y Caroline, 2 Broke Girls. Por otro en Whitney, en la NBC, se ocupa además, de protagonizar las historias basadas en sus vivencias.

Precisamente la NBC prepara en la actualidad un nuevo trabajo para otra de las mujeres multitarea más reconocidas de la televisión americana, Sarah Silverman. Guionista ocasional del exitoso Saturday Night Live, ésta mujer que también tiene tiempo de componer canciones y cantar, protagonizó y produjo, de 2007 a 2010 The Sarah Silverman Program para la cadena Comedy Central. Un año después, y a pesar del relativo éxito de la fórmula, la NBC ha ordenado el episodio piloto de Susan 313, serie en producirá y protagonizará junto a Jeff Goldblum. El camino de Silverman, que partió de Saturday Night Live para llegar a una serie a su medida, lo han seguido otras actrices, dos de las cuales protagonizan sendas comedias en la actualidad. Tina Fey alma máter de 30 Rock, escribe y produce algunos episodios, mientras que Amy Poehler pone cara como nadie a la absurda burocracia política, interpretando con brillantez en  Parks & Recreation a otra mujer de bandera, Leslie Knope. Curiosamente, ambas coincidieron en el show cómico de la NBC de 2001 a 2006, cuando la primera trabajaba en el equipo de guionistas y la segunda participaba en la puesta en escena.

En el género dramático la presencia de mujeres multitarea es menor, y menos vistosa, ya que no he sido capaz (seguro que vosotros sí, dejadlo en los comentarios) de encontrar una actriz dramática que produzca, o escriba, en una serie en la que actúe. Aunque si podemos encontrar féminas que se ocupen del guión y la producción de series que podemos ver hoy en día. Por ejemplo Jane Espenson, que actualmente trabaja en Once Upon a Time, y previamente lo hizo en Torchwood o Battlestar Galactica. Elizabeth Sarnoff es cocreadora, junto a Steven Lilien y Bryan Wynbrandt de Alcatraz y ya había trabajado con Abrams en Lost, y Jill Solloway ha coproducido, y escrito algunos capítulos, de How to make it in America y United States of Tara, algo que ya hizo en Six Feet Under. Ali Adler en Glee, Amy Berg en Eureka y un puñado de mujeres más componen el escaso porcentaje de féminas que trabajan en la industria de la televisión estadounidense. En la temporada 2010-2011 sólo el 25% de los directores, productores y demás trabajadores tras las cámaras eran mujeres, un 2% menos que la temporada anterior y sólo un 4% más que en la temporada 1997-98.